Locutor - periodista
Twitter Facebook Soundcloud YouTube Instagram


lunes, 14 de abril de 2014

Productores de piña en el Meta están agobiados con el bajo precio de la fruta

Marzo de 2018

Campesinos en Puerto Rico calculan que un 30 por ciento del territorio del municipio está sembrado con este cultivo, del que dependen cientos de familias.  Procesar y transformar la fruta, dándole valor agregado, sería una de las alternativas para sacar adelante al sector. 

Mucha de la piña que se consume en Villavicencio y Bogotá está saliendo de las fértiles tierras de Puerto Rico, Meta. En este municipio hay por lo menos 2.000 hectáreas sembradas  de la fruta, caracterizada por su gran tamaño, dulce sabor y jugosidad. Su cultivo aumentó hace dos años cuando el precio era atractivo y dejaba ganancias.



Actualmente el panorama es distinto e incierto. Los campesinos ven con preocupación la poca rentabilidad de la piña mayanés, a pesar de ser muy apetecida por los  clientes. Plantar una hectárea del producto le puedo costar a un campesino 17 millones de pesos.

Este dinero difícilmente se recupera al salir al mercado, sostiene Oswaldo Hernández Rodríguez, representante legal de la Asociación Frutífera - Asofrit. El agricultor estima que cada día se transportan hacia las capitales de Meta y Cundinamarca  unas 40 toneladas del alimento.

“Estamos a un paso de la quiebra. La comercialización está complicada. Además hay superproducción”, agrega Hernández, quien hace cuentas y explica que cultivar una piña vale 600 pesos, sin embargo, en ocasiones la tienen que vender hasta en 500 pesos. “Eso es muy duro”, concluye.

El precio de la fruta comenzó a caer hace dos años debido a la sobreproducción, sostienen algunos campesinos. 

En esta población del sur del Meta, antes escenario de guerra entre paramilitares y guerrilleros de las Farc,  los cultivadores consideran que esto sucede porque el Gobierno nacional siempre ha dejado solos a los pequeños productores.

“Yo conozco este cultivo y puedo decir que es  rentable si se maneja bien y se cuenta con apoyo. Hay que revisar el tema del mercadeo, la parte financiera y trabajar en mantener la calidad”, afirma Luis Guillermo Ávila, de 69 años, oriundo de Tunja, Boyacá, pero que ama esta región como si fuera suya.

Ávila retornó hace poco tiempo a Puerto Rico para dedicarse a sembrar la fruta, luego de estar más de diez años en el extranjero, desplazado por el conflicto armado.  Con su hijo, Luis Alfredo Ávila, de 31 años, y Diana Carolina Pérez, nacida en Venezuela, le están apostando al emprendimiento. La naciente empresa se llama Piñas Áviles Ramos (Piñatar), en la que   fabrican panelitas  y mermelada de piña.

Para esta familia, los intermediarios tienen mucho que ver con la situación que atraviesan los agricultores debido a que monopolizan el mercado y son quienes finalmente les ponen precio a los alimentos.

Cultivar una hectárea de piña en este municipio cuesta alrededor de 17 millones de pesos.  La fruta se recolecta casi 18 meses después.  

Guillermo Alfredo Ávila indica que han intentado comercializar directamente la piña en las centrales de abasto de Villavicencio, Bogotá y Tunja, pero ha sido difícil.

“Se arriba a las plazas e inmediatamente hay una mala recepción, una competencia desleal. Llegan, en algunos casos, a atacar el carro que va con el producto. Parece que hay intermediarios que no desean que nosotros podamos vender. Eso no nos parece correcto”, denuncia.

Solo para sobrevivir

Julio César Pinilla cultiva piña mayanés hace 4 años en Puerto Rico y asegura que el negocio no está dando para vivir dignamente. “Aquí, por el tipo de suelo, cualquiera puede sembrar la fruta y se le da, pero los costos no sirven para sobrevivir. Es difícil mantener un precio estable. Necesitamos apoyo del Gobierno”, recalca.

600 pesos, en promedio, cuesta producir una piña.  Sin embargo, los campesinos, en ocasiones, tienen que venderla hasta en 500 pesos. 

El campesino cree que contar con una despulpadora de la fruta sería de gran ayuda. “Es muy triste que a veces la comida tenga que ser tratada como basura porque no da ganancias ni para sacar la cosecha”, lamenta.

¿Cómo hacer rentable el negocio? 

Para mejorar su situación, los agricultores reclaman apoyo financiero (con préstamos flexibles) y acompañamiento real del Gobierno (esto incluye la apertura de una oficina del ICA). También exigen que se ejerza control a los intermediarios en las centrales de abasto y se disponga en estos lugares de zonas para los campesinos que deseen vender por su cuenta las cosechas.

“Necesitamos que la gente vea que hay otra forma de trabajar. Los campesinos de acá quieren hacer las cosas bien, en la legalidad, pero están luchando contra la corriente”: Luis Alfredo Ávila, joven cultivador  


Los cultivadores además solicitan inversión para construir plantas que permitan procesar la fruta.  Vale destacar que en  el municipio de Granada se construye una, la cual es esperada ansiosamente por los habitantes de la región del Ariari.

Esta es una de las calles principales de Puerto Rico, municipio ubicado a unas cuatro horas de la capital del Meta. Los habitantes dicen estar felices porque hoy viven más tranquilos. 


Especial publicado en Semana Rural, de la Revista Semana.



1 comentario:

  1. No se vende a quinientos se vende en 300 pesos y 400 muy pocas veces se alcanzan los 500 pesos moneda colombiana

    ResponderEliminar